19 abril 2008

Voluntad Divina

Al principio no es posible para ningún ser humano permanecer libre de toda preferencia y recibir con alegría cuanto llega de la Voluntad Divina. Lo que uno debería tener al principio es la constante idea de que lo que el Divino quiere es siempre lo mejor, incluso cuando la mente no lo ve así, aceptar con resignación lo que uno no puede aceptar todavía con alegría y llegar así a una calma ecuanimidad que no es conmovida incluso cuando en la superficie pueda haber momentáneos movimientos pasajeros de reacción a los acontecimientos externos. Cuando esto se encuentra firmemente fundamentado, el resto puede llegar.

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